lunes, 3 de agosto de 2009

Autoestima con autoeficacia infantil.





Autoestima con autoeficacia infantil


Una definición de la autoestima es: "amor a nosotros mismos". Veamos cómo ser más eficaces en ciertas áreas puede ayudar a nuestros hijos a tener una autoestima elevada.

¿Cómo está tu autoestima? equivale a preguntar ¿Cuánto amor tienes por ti mismo/a?
La autoestima generalmente se basa en logros concretos de la personalidad (mi pelo es bonito, conduzco bien, soy puntual, juego al futbol, soy buena en matemáticas). La autoestima no debería ser una sensación subjetiva y caprichosa de amor propio (hoy me amo y mañana no).

Autoestima y niños:

Durante la niñez, el desarrollo y estímulo de la autoestima será vital para prevenir trastornos afectivos (depresión), Trastornos de ansiedad y conductas evitativas.

La autoestima les proveerá de una base segura para aceptarse a sí mismos, luchar por sus sueños y alcanzar sus objetivos. Un niño que tiene una buena autoestima podrá sobreponerse a las frustraciones y perseverar en su esfuerzo.

Autoeficacia:

Lo anteriormente dicho no es ninguna novedad, vamos... un niño que se quiere es felíz y más tarde o más temprano alcanza lo que quiere. El tema por el que los padres se devanan los sesos es: ¿cómo conseguir que mi hijo tenga una autoestima alta (autopercepción positiva de sí mismo)?. Y aquí tenemos que hablar de la Autoeficacia, que es un concepto que complementa al de autoestima.

La autoeficacia es lo que se considera que puedo hacer con mis habilidades bajo ciertas condiciones. Es decir, mi autoeficacia se mide por lo que puedo hacer y con qué nivel de pericia. Cuanto más autoeficacia tengo en alguna actividad (por ejemplo Tomás juega excelente al fútbol, es el goleador del equipo) y más conciencia tengo de esto (Su entrenador y su padre se lo hacen notar) más Autoestima global tengo, es decir: mejor se siente Tomás consigo mismo.

De nada sirve exagerar cualidades de los niños o inventar cuestiones que no tienen que ver con ellos, el truco está en hacerles notar en qué actividades, características físicas y psicológicas se destacan.

Veamos ahora qué hacer con actividades en la que los niños no se destacan, cómo mejorar su eficacia para que se sientan mejor.

Ejemplo: Javier y las matemáticas:

A Javier no se le dan bien las matemáticas y últimamente su mamá está notando que Javi repite mucho, "soy un tonto". Cuando su madre le pregunta por qué dice eso, Javi le contesta “porque sino me iría bien en Matemática”.

¿Qué debería hacer la mamá de Javi? Pues bien, le tendría que decir que él tiene mucha facilidad para otras cosas (jugar al fútbol, ordenar la pieza, cuidar a su hermanita, etc...) y que para ser mejor en matemática tendría que entrenarse. Le tendría que decir que nadie nace bueno para esto o peor para aquello, que todo con entrenamiento, estudio y constancia se logra igual.

Ahora bien, la mamá de Javi tendría que hacerse de una lupa y percibir cualquier mejora (aunque pequeña) en los conocimientos matemáticos de Javi.
En cualquier otra materia, con una buena nota el cambio sería obvio, con las matemáticas, cualquier mejora, sería significativa. Por ejemplo: “Javi, he notado que haces las sumas con mucha rapidez, ¿has visto como practicando vas mejorando tus marcas?, ¡sigue así!”.

Ese tipo de comentarios irán creando poco a poco en Javi una percepción más ajustada y positiva a su eficacia en Matemáticas. Su seguridad y pericia irán en aumento. Es probable persevere en su esfuerzo por mejorar sus notas, ya que su esfuerzo es reconocido y aprobado.

Cuando finalmente Javi logre aprobar Matemáticas, lo que es más importante es que habrá creado un modelo de mirarse más positivamente y de superarse a sí mismo.

Javi y su mamá habrán logrado aumentar la autoestima de una manera perdurable y concreta.


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