miércoles, 17 de junio de 2009



PARA CUIDAR LA VIDA EMOCIONAL DE NUESTRO HIJO PODEMOS INTENTAR:

Ser conscientes de lo que sentimos:
Los padres necesitamos conocer, sentir y expresar nuestras emociones para que nuestros hijos puedan expresar y manejar las suyas.

Hacer caso a los sentimientos del niño:
Para reconocer los sentimientos del niño es necesario escucharlo con atención, mirarlo a los ojos, y dejar de hacer cualquier otra cosa mientras él habla. Es necesario que sepa que para nosotros sus alegrías, tristezas o enojos son importantes.
Si su emoción es muy intensa, el niño puede preferir que nos quedemos en silencio junto a él, simplemente acompañándolo o que le dejemos solo.

Cuidar el lenguaje corporal:
Cruzar los brazos, mirar hacia otro lado. Fruncir la boca, significa que nos estamos cerrando a la comunicación. En cambio mostrarnos atentos y e inclinarnos hacia él, abrazarlo, mostrar una postura que diga te estoy escuchando, lo invita a confiar en nosotros.

No descalificar o negar los sentimientos del niño:
Mientras más tratamos de alejar sus sentimientos diciéndole:
“En realidad no sientes enojo, lo que sucede es…” ó “No llores”, “No grites”, mas se apegara a ellos y menos podrá manejarlos y superarlos.

Aceptar sus sentimientos sin juicios:
Es recomendable evitar criticar a nuestro hijo, burlarnos o prohibirle que muestre emociones “negativas”.

No interrogarlo:
Los sentimientos se sienten no se piensan. Por eso las preguntas no son buena opción. ¿Por qué lloras? ¿Qué te pasa? Las preguntas agregan un problema al problema.
Si simplemente acompañamos y tratamos de reflejar su sentimiento: “supongo que paso algo que te hizo enojar”, el niño se sentirá comprendido y, cuando este listo hablará con libertad.

No exagerar nuestras expresiones:
El niño percibe cuando nuestro interés es sincero y cuando no lo es. Si le damos la respuesta adecuada pero con frialdad o fastidio, su confianza hacia nosotros se disminuirá. Si reaccionamos exageradamente, el niño podrá sospechar que estamos actuando.

A casi nadie le gusta hablar de lo que le duele o le molesta. Debemos de respetar su silencio y nunca forzarlo a invadir su privacidad.


Darle la libertad de hablar hasta donde él decida y en el momento en que este listo, sin presionarlo para que nos cuente mas de lo que quiere.


Los padres debemos de tener la paciencia y el respeto para esperar el momento oportuno en el cual nuestro hijo este listo para la comunicación. Y el debe tener siempre la libertad de aceptar o no nuestro apoyo.

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